Ejército agradeció apoyo a labores de rescate en Antuco

 

Talcahuano. Departamento de Relaciones Públicas de la Comandancia en Jefe de la Segunda Zona Naval. En el Patio de los Caídos del Regimiento Reforzado Nº17 Los Ángeles, el 7 de julio, se efectuó una ceremonia donde el Ejército descubrió una placa de mármol en memoria de los 44 soldados que realizaban su Servicio Militar y un Sargento instructor, quienes perdieron la vida mientras desarrollaban labores de instrucción en la montaña, el pasado18 de mayo. En la ocasión, también se agradeció la colaboración prestada en las labores de rescate, en la llamada "Tragedia de Antuco", a todas las instituciones tanto privadas, como de las Fuerzas Armadas y de Orden y a ciudadanos civiles que se sintieron identificados con estos lamentables hechos.

"Estamos aquí reunidos porque no queremos olvidar, porque queremos recordar, porque queremos agradecer", resaltó el Comandante en Jefe del Ejército, General de Ejército Juan Emilio Cheyre.

 

Esta ceremonia estuvo marcada por la emotividad y recogimiento de quienes estuvieron presentes, entre ellos el Ministro de Defensa Nacional Jaime Ravinet De La Fuente – quien presidio el acto de homenaje y agradecimiento – acompañado por el General Cheyre, familiares de las víctimas, representantes de todos los sectores que participaron en las labores de rescate y la dotación del Regimiento Los Ángeles entre ellos, los jóvenes soldados que sobrevivieron a la tragedia. La Armada estuvo representada por el Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, Contraalmirante Daniel Arellano Walbaum, quien recibió el galvano de agradecimiento en nombre de la Institución.

También estuvo presente el Comandante General del Cuerpo de Infantería de Marina, Contraalmirante IM Arturo Fuenzalida Prado y una delegación integrada por personal del DIM Nº3 "Aldea", DIM Nº2 "Miller" y de la Agrupación de Comandos.
El acto tuvo un significado muy especial ya que el miércoles recién pasado fue encontrado el cuerpo de la última víctima, el Soldado Silverio Avendaño Huilipán. Ante esto, el General Cheyre manifestó "Nuestra promesa solemne ha sido cumplida. No nos hemos retirado ni dejamos de buscar hasta el último de nuestros soldados. En esto no hubo costos, que nos disuadieran de nuestra palabra empreñada ¡Tal como hemos sostenido, nuestra gente es nuestra fuerza, por ello, nunca dejaremos abandonado a ninguno de los nuestros!".

 

A lo que agregó, "queremos agradecer a las instituciones y a las personas que de propia iniciativa estuvieron y están con nosotros en la penosa empresa de rescatar de la montaña a cada uno de nuestros hombres. Son muchos a los que tenemos que agradecer: rescatistas, civiles y militares que se integraron a las sucesivas fuerzas de tareas. La Armada, la Fuerza Aérea, Carabineros y la Policía de Investigaciones de Chile fueron muy solidarios y su aporte ha sido determinante en las diferentes fases posteriores a la tragedia (...)".

Los padres de los 44 soldados y la esposa del clase fallecidos recibieron de manos del Ministro de Defensa Jaime Ravinet y del General Cheyre la boina verde de las tropas de montaña y una imagen de Jesucristo, como una forma de testimoniar esta fecha de inauguración del memorial a los "Héroes de Antuco", el que fue bendecido por el Obispo Castrense, Monseñor Juan Barros Madrid.

Ayuda de la Armada

 

La colaboración de la Armada consistió en desplazar hacia la zona de la tragedia, una unidad de rescate integrada por personal del Destacamento de Infantería de Marina Nº3 "Aldea" y del DIM Nº4 "Cochrane", ubicado en Punta Arenas, la que estaba compuesta por dos Oficiales y 20 Infantes de Marina especialistas en enfermería, mecánicos y comando, quienes se unieron al Ejército el 20 de mayo para apoyar las labores de rescate en el sector Antuco.

Esta unidad de Infantería de Marina además iba apoyada con un jeep para puesto de mando y tres vehículos todo terreno con oruga con capacidad para desplazarse en la nieve y trasladar a12 personas equipadas. Dos de estos vehículos provenían desde el Destacamento "Cochrane", los que fueron transportados a Los Ángeles en un avión C-130 de la Fuerza Aérea.

El personal naval que se trasladó a la zona al mando del Capitán de Corbeta IM Julio Ramírez Fernández, se organizó en dos unidades enfocando su labor en labúsqueda de sobrevivientes y víctimas en el sector de los refugio La Cortina y Los Barros. En tanto, la segunda unidad embarcó un vehículo todo terreno en una barcaza en la laguna Laja para apoyar el rescate del personal aislado y abrir rutas para las patrullas de rescate que se desplazaban a pie.

La dotación naval fue equipada para operar en clima frío durante cinco días, incluyendo teléfonos satelitales y equipo satelital vehicular, lo que permitió transmitir el posicionamiento de la unidad que se encuentra en el área de operación en tiempo real, a través de Internet, hacia el puesto de mando constituido en el Destacamento de Infantería de Marina Nº3 "Aldea", en Talcahuano.

Después de 20 días de labores, el primer grupo que se desplazó a la zona del volcán Antuco fue relevado y la dotación del DIM Nº3 "Aldea" al volver a su unidad manifestaron "regresamos con la sensación de haber cooperado con un granito de arena. Fuimos parte de un tremendo engranaje formado por militares, carabineros, civiles, marinos que buscaban a los soldados Hubiéramos querido decir 'misión cumplida recuperamos a todos', pero el mando dispuso relevo".